Kinito de Kina San Clemente
Antiguo muñeco promocional de Kina San clemente, KINITO Robin Hood o trovador. Década de los 70. Material goma pvc. Los escogidos para dar vida a la criatura fueron Estudios Moro, pioneros de la animación publicitaria española. Ellos idearon a Kinito, un enérgico niño con una enorme K en el pecho que era capaz de devorar ingentes cantidades de comida tras un trago de Kina San Clemente. El mensaje estaba claro: «si tu hijo no come bien, ábrele el apetito con un buen copazo». La estrategia de la mascota animada fue todo un éxito y Kinito aupó a Kina San Clemente a las cotas más altas de popularidad. Entre los anuncios de televisión y la promoción que permitía intercambiar seis tapones de la marca por un muñeco con su efigie, Kinito se convirtió en uno de los personajes más populares del momento. La marca terminó de hacer las delicias de los niños gracias a las historietas que colocó en las revistas de tebeos. El mismísimo Ibáñez fue el principal encargado de dibujarlas, mostrando a Kinito y a su gato Sardino solucionando los más diversos entuertos gracias a su particular poción mágica, la quina.
45,00€
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“Déjale que pruebe”. «Por un poquito no pasa nada»: “Dale pan mojado en vino, que es muy nutritivo”. Hace relativamente poco, estas frases se decían habitualmente en las casas españolas, y no referidas precisamente a los abuelos. En este país los niños también bebían. En pequeñas dosis y determinadas ocasiones, pero bebían. Hasta bien entrados los setenta, el alcohol no se vio como la amenaza para la salud que es, y la tolerancia hacia su administración a los infantes alcanzaba límites alucinantes para cualquier padre de la actualidad. En aquel contexto surgieron anuncios de cerveza en los que se veía a críos compartiendo alegremente una litrona. Pero quizá el producto que con más saña centró su mercadotecnia en los menores fueron los llamados vinos quinados, muy populares en la España de los cincuenta y los sesenta. Este tipo de bebidas consideradas “medicinales” vivieron un boom a finales del siglo XIX en todo el mundo, y se fueron afianzando en España a lo largo del XX. Estaban enriquecidos con quina, potenciados con alcohol y dotados de supuestos efectos saludables. “Es medicina y es golosina”, decía el lema de Quina Santa Catalina. “Este excelente vino quinado es muy bueno para niños y mayores”, rezaba el de Kina San Clemente.
Información adicional
| Peso | 0,400 kg |
|---|---|
| Dimensiones | 40 × 20 × 40 cm |
| Estado | Usado |










